miércoles, 5 de diciembre de 2007

Del Progreso a “los progres”. Capítulo 1

Hace poco me han preguntado qué tiene de malo ser progresista, como si la política la escribiesen buenos y malos y no personas. Me han dicho que un liberal como yo debería tener una respuesta clara, pero me parece que hay que hacer matizaciones.
La pregunta no me parece correcta. Una persona puede y debe de ser lo que quiera. No hay nada de malo en tener una identidad propia, sea liberal, republicano, conservador o “progre”, por ejemplo. Lo malo o lo bueno creo que viene de cómo se quiere desarrollar esa identidad. Y segundo, puede que alguien me identifique como liberal, pero yo no estoy tan seguro de serlo.
El caso es que creo que la pregunta es más bien ¿qué opinas de “los progres”? Sinceramente, creo que es una palabra feísima y difícil de pronunciar. Quizás por eso, la izquierda suele llamarse izquierda y la derecha suele llamarla “los progres”. Es un juego de palabras. Si suena mal, algo de malo tendrá; si suena bien, algo de bueno tendrá. Vaya, ahora digo que la política sí que va de buenos y malos, pero me refiero a la política en el terreno de juego, en el cómo se desarrolla y no en el qué de las identidades.
¿Quiénes son “los progres”? Me temo que “los progres” hoy en día se ven reflejados en un discurso antiamericano, o más bien, antiestadounidense, sobre todo, anti-Bush. Los estadounidenses son malos, son un Imperio y arrasan con todo. De hecho, siempre que puedan pedirán que no se vaya a un McDonald’s o que no se baba Coca-Cola. Suelen incluir una dosis de anti-Israel. Ojo, no antisemistismo. No se trata ya de una relación racial como pregonan los líderes espirituales del antirracismo. Creo que eso es agua pasada. Suelen ser contrarios a la actitud del Estado de Israel o ni siquiera reconocerlo, lo que les lleva a defender a Palestina e incluso las “intifadas”. De hecho un “progre” suele gustarle la estética de llevar una “palestina” al cuello, sinónimo de libertad de expresión; aunque no acepta llevar un velo, sinónimo de sumisión y de sumisión religiosa para más inri. Je, que bien queda aquí lo del “inri”. Ésa es otra característica de “los progres”: sacad a Dios de la sociedad, que nadie hable de él y si lo hace que lo haga a escondidas y entre los suyos, pero que ni se le ocurra manifestarlo. La religión es el opio del pueblo y aunque “los progres” suelan defender el “opio”, no aceptan la religión. Hablan de Estado laico, pero no como el Estado de libertad de culto como quisieron los liberales en siglos ya pasados, sino como Estado ateo.
Alguien me dirá que muchos de los que se identifican de izquierdas también son religiosos e incluso van a misa. Pero eso es entrar en creencias personales o hábitos sociales. Yo habla de identidad política. La izquierda no suele aceptar que la Iglesia se pronuncie. De hecho la izquierda que va a misa, discrepa de que los curas hablen de política o de que España se relacione con el Vaticano. Por otra parte, las identidades pueden ser contradictorias. La identidad no es puramente racional, sino que intervienen lógicas emocionales y de poder en su formación.
Junto a la aversión a los estadounidenses, su rechazo a Israel y su “adiós a Dios”, suelen incluir el pacifismo, la educación para la paz. El problema del pacifismo es que no permite entender la generación del conflicto ni sus múltiples salidas; sólo atiende a una: la paz. Un ideal precioso, “Imagine all the people” que cantaba Lennon; pero no el único. Y digo que es un problema porque la izquierda no sabe definir con exactitud lo que es “la guerra”, el “ejército” o la “defensa”; y se tiene que inventar ironías como los “ejércitos de paz” o “las inervenciones humanitarias”, etc.
Y finalmente, creo que “los progres” son defensores del ecologismo, pero no como defensa de la naturaleza, sino como odio al capitalismo, al desarrollo industrial, en definitiva al progreso que hemos conseguido. Vaya, “los progres” contra el progreso. Sí. Éste no es el “progreso” por el que hemos luchado suelen decir. Hay que cambiar este “progreso”. He aquí la palabra de “los progres”: cambio, un mundo nuevo, un orden nuevo.

P.D. Seguiremos hablando del progreso el próximo día.

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