lunes, 29 de octubre de 2007

Después del 11-M. La puta política

Entiendo que la política está en todas partes, pero soy humano y me jode tener que defenderla en algunas ocasiones. Me jode porque el 11-M me toca de cerca, menos que a los familiares de los fallecidos, pero lo bastante como para odiar mis palabras. Aún recuerdo las lágrimas de Pilar Manjón y como en cada una de ellas se podían ver reflejadas a todas las víctimas. Aún recuerdo cómo Rubalcaba tragó saliva, asumiendo que los políticos a veces dan asco, y cómo Zaplana se partía el culo de risa, demostrando que algunos políticos dan asco. Todo ocurrió en medio de las elecciones del 2004.
11 de marzo. Atentado en Atocha. La gente sale a la calle con lágrimas en los ojos, guardan silencio y el corazón se encoje. En los alrededores de la estación, todo el mundo se mueve para ayudar. Llegan ambulancias. Las líneas de teléfono están fuera de cobertura. No hay comunicación, sólo sentimiento. El sonido de las sirenas apaga el fatídico ruido de la explosión. Los que no estamos en la estación, expresamos nuestro dolor con el silencio. Nos juntamos en la plaza del Obradoiro y no sabemos qué decir. Quizás gritar ETA no.
A tres días de las elecciones generales, el gobierno de Aznar sale a dar la cara y Acebes nos dice que, efectivamente, ha sido un atentado terrorista y que el gobierno hará las comunicaciones oficiales oportunas según se vayan esclareciendo los hechos.
Los hechos son que el Ministerio de Interior informa de que el atentado terrorista ha sido perpetrado por Al-Qaeda. ¿Hay alguna señal de ETA? No, bueno, pequeñas indicaciones, pero nada importantes. Entonces ha sido ETA. Acebes da otro comunicado y señala que el autor del atentado ha sido ETA, aunque hay varias líneas de investigación abiertas… no nos vaya a coger el toro después.
La gente empieza a dudar. El gobierno empieza a temblar. La duda es la única que puede golpear al poder. ETA no ha podido ser. Primero, porque se nos ha dicho que estaba casi desarmada y segundo, porque no parece el método de ETA. Además, gente cercana a ETA había señalado que se quería otra tregua, así que este atentado pondría fin a cualquier tregua. ETA sí podría haber sido. Nadie duda de que ETA es un grupo terrorista y como tal su único objetivo es causar terror para tener una parcela de poder. Hace menos de un mes se les ha pillado con las manos en la masa. La Batasuna de Otegui dice que ETA no ha tenido nada que ver.
La gente empieza a dudar más. El gobierno duda. ¿ETA o Al-Qaeda? Si decimos que ha sido Al-Qaeda, la gente entenderá que se debe a la guerra de Irak y el PSOE los movilizará contra nosotros. La gente salió a la calle entonces y saldrá el domingo a las urnas. ¡Pero no es así! Ya, pero no tenemos tiempo para explicarlo. El mal menor. Ha sido ETA. Entonces nuestra lucha antiterrorista no ha servido de nada. Ya lo he dicho: el mal menor. Si decimos Al-Qaeda perdemos las elecciones. Si decimos que es ETA la gente se lo creerá. ¿Y si cambiamos las elecciones?
El PSOE no acepta cambiar las elecciones, sería una forma de ceder ante el terrorismo y el Estado de derecho tiene que aguantar la embestida. No hay tiempo. Elecciones. Sería una forma de ceder ante el adversario político. El PSOE se veía ganador. Lo decían ya algunas encuestas. No las del PP, pero sí las más creíbles. Habrá elecciones el 14-M y ganaremos, el PSOE sonríe por dentro, aunque no por fuera. La partida está servida. Órdago a la grande entre los dos partidos.
El gobierno del PP comunica que ha sido ETA. La gente duda. El gobierno tiembla. El PP y Acebes insisten en que es ETA y la TVE de Urdaci pone una película de los terroristas. El portavoz del PSOE, Rubalcaba, informa de que ha sido Al-Qaeda. La democracia tiene los sufiecientes agujeros como para que asome la verdad por alguno de ellos.
Resultado. Gana el PSOE las elecciones. El PP se cae, el PSOE sonríe. Las palabras de Zapatero están a la altura, parece que van a cambiar las cosas… ¡Qué desilusión!...
El PP después de una legislatura de rodillo, donde se olvidó de la gente y pensó que podía hacer lo que le daba la gana como en su día hizo el PSOE, lo tenía claro. Carod Rovira, el diablo con el que se había aliado el PSOE para no deber favores a CiU, se había reunido con ETA en Perpiñán. ETA-Rovira-PSOE. El eje del mal ¡A por ellos! El PSOE había hecho todo lo que había podido, la crispación no viene de ahora. De hecho, aquellos momentos sí fueron de verdadera crispación. Medicamentazo. Non á LOU. Prestige. Trío de las Azores. ¡Todos a la calle! ¡Arriba las pancartas! La ciudadanía no quería al PP.
¿Por qué se jugaron la partida a una carta? Porque en política sólo vale la victoria y ambos creyeron en ella. De hecho, el PP no supo perder la partida y lo demostró negando la legitimidad del nuevo gobierno; y el PSOE no supo ser ganador al ver que tenía que cerrar la puerta que había abierto. El que juega duro siempre acaba llorando porque la victoria no siempre sonríe.P.D. El PSOE no ganó las elecciones por lo que sucedió el 11-M, sino por lo que sucedió desde que el PP tuvo mayoría. Los partidos ganan las elecciones, pero la gente es la que vota. Otro día me explicaré mejor. Adiós Aznar y gracias por irte.

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