lunes, 29 de octubre de 2007

Feminismo. Mujeres en venta

Supongo que ahora mismo estarás pensando que soy un puto machista de mierda, de esos que creen en la superioridad del hombre y que la mujer sólo está para satisfacer sus necesidades y deseos, una buena comida y otra que lo alimente… Acepto tu forma de pensar… Piensas como quieren que pienses, ya he dicho que la política siempre gana… Si estás en contra del feminismo, eres un machista… Simple como la vida misma.
Acepto y defiendo el “feminismo”, pero no el de ahora, basado en memeces y negociaciones de por cuánto se venden las mujeres. El feminismo, el que entiende que la condición de mujer no puede ser inferior a la del hombre en su concepción de individuo, o si se quiere, de ciudadano, es muy respetable. Lo mismo que no se puede suponer que la condición de blanco está por encima de la de negro, perdón, afroamericano. Para mí, las únicas posibles. Pero alcanzada la igualdad, ¿qué sucede? Que la condición ya no importa, por tanto no gozas de poder. Si hombres y mujeres son iguales, ¿qué se gana siendo mujer? Hay que volver a la diferencia… He aquí el problema, la política… El feminismo se convierte en la defensa de la desigualdad, por tanto, la condición de sexo tiene que marcar diferencias, y digo sexo porque alguien me dijo que las personas no tienen género, se usa la palabra feminismo porque hembras suena machista, ergo, primera victoria política contra el adversario.
La mujer no es inferior al hombre… Ahora es superior, más sensible y preocupada por los demás, por la infancia o por sus compañeros de trabajo, de nada sirve el romanticismo de los poetas, la entrega de los profesores o directivos que se preocupan por su equipo de trabajo, las mujeres tienen algo especial, ese sexto sentido que en el hombre se queda en el sentido del sexo. La mujer es mejor y tiene que hacer valer sus cualidades. Aplausos del público. ¿Por qué? Porque si no aplaudes eres un machista y quedas fuera de juego.
La mujer es distinta, léase mejor que el hombre, pero está subordinada por el machismo de la sociedad, discriminada por su falta de presencia social, léase en las esferas del poder… La mujer es víctima del machismo, hay que ayudarla, pobrecita… Nadie ayuda al poderoso, sino al indefenso… Buena estrategia... Discriminación positiva, hay que estar con las mujeres, no ya con los ciudadanos iguales, hombres y mujeres, blancos y negros, sino con las mujeres. ¿Cómo? Volvamos a exigir la Igualdad, el principio que hizo grande al movimiento.
Hay muchos políticos y muy pocas políticas, ¡exigimos la igualdad! ¡Cuotas de mujeres en las listas de los partidos! ¡Cuotas en el reparto de cargos administrativos!... ¡Igualdad!... ¡Y una mierda! Lo que quieren es “Poder”, con P de Política, P de partido y P de Presidente, lo que consiguió que el movimiento tuviera sentido y lo que permitirá que siga teniéndolo, ¿por qué abandonar el feminismo, el poder, una vez alcanzado su objetivo, la igualdad, la ciudadanía?
La igualdad no es proporcionalidad. Dos ciudadanos son iguales si tienen los mismos derechos, no si los dos ocupan la misma posición política. Exigir estar en una lista de un partido político es igualdad, exigir estar al menos en un porcentaje es proporcionalidad, no igualdad, proteger un espacio de poder, no aceptar la competición por el mismo. ¡A la mierda con la igualdad! Hablemos claro, lo que se quiere es poder. Las feministas quieren poder, ¿de qué sirve ser feminista ni no se tiene poder?... ¿Por cuánto os vendéis? Un 50%. De acuerdo. Pero además queremos estar en las empresas. ¿Por cuánto? Un 50%. Eso va a ser jodido, tiene que elegir la gente, no los partidos, y la gente es difícil de controlar. Un 10%. De acuerdo, a ver qué se puede hacer. Y queremos mantener el poder, así que subvenciones para las empresarias, reducción de jornada para las trabajadoras y sueldo para las amas de casa. Política en marcha.
El que defienda la igualdad entre hombres y mujeres no puede defender la proporcionalidad. Ser iguales significa competir, tomar decisiones. Ser proporcionales significa que el sistema esté por encima de las personas, que el nuevo feminismo sea quien decida.
A lo mejor sigues pensando que soy un puto machista, pero una sonrisa se dibuja en mi boca. No has entendido nada de lo que ellos, léase, ellas, no quieren que entiendas.

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