Haré un poco de política ficción porque no estoy muy al tanto de todos los asuntos que se cuecen por Latinoamérica, pero creo acertada una reflexión. El problema es el modelo de crecimiento de los países sudamericanos, es decir, ¿Chile o Venezuela?
Chile es un país que ha crecido en cierta forma como España. A ellos le ayudaron los americanos a crecer económicamente con Pinochet y aquí nos ayudaron con Franco ¡Bienvenido Mr. Marshall! Cuando aquí cogimos el rumbo nos abrimos a Europa, pero ¿qué hará Chile?
Chile, con Bachelet al frente, es un país latinoamericano que ha abrazado el desarrollo económico a grandes rasgos de la socialdemocracia europea. Una economía de mercado con la intervención estratégica del Estado, basada en la credibilidad y la estabilidad de las instituciones.
Venezuela, con Chávez al frente, no tiene nada que ver con Chile. No se basa en las instituciones, sino en el personalismo de un líder visionario. Reniega del mercado y centraliza todo el poder en el Estado, como hizo Cuba y los países comunistas y que el tiempo ha demostrado por evidenciar su fracaso.
Chile reduce a los militares a la obediencia al poder civil. Venezuela asume el poder militar. Chile habla para las distintas minorías, el pluralismo democrático. Chávez habla para su gran mayoría, el absolutismo totalitario al que gustan de llamar democracia o república.
Chile y Venezuela son los dos modelos actuales de crecimiento en Latinoamérica y el resto de países se tienen que posicionar. Cuba, después de Fidel, posiblemente ya no sea la misma y Chávez la quiere a su lado, como quiere a Evo y a Daniel Ortega. Pero Lula y Brasil ya le han rechazado,
No se trata de capitalismo contra comunismo, ni de neoliberales contra populistas, sino del sueño de Chávez y la pesadilla de un futuro en el que sale derrotado.
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