domingo, 11 de noviembre de 2007

El síndrome de Robin Hood

Todo Estado lleva un Robin Hood en su interior. Quiere robar el dinero de los ricos y repartirlo entre los pobres. Es más, cuanto más rico, más hay que robarle. Es la idea de los impuestos. Que pague más el que más tiene. ¿No somos todos iguales? Aquéllos que se llenan la boca con la igualdad, posiblemente se escondan ahora.
Robin Hood es un héroe de la literatura que robaba a los ricos para repartir sus riquezas entre los pobres, es lo que se llama un ladrón… Pero lejos de esta definición la gente lo ve como una leyenda, como el protagonista de aquella canción épica que se cantaba por las tierras inglesas durante la Edad Media, como un defensor de las causas justas.
Es difícil ponerse en su sitio. Supongo que por entonces, los campesinos de Nottingham trabajaban las tierras de su señor y pagarían tributos por ellas. Pero en un momento de malas cosechas, cuando no tendrían dinero ni alimento, no les parecería justo que el Sheriff recaudase sus impuestos, y a saber las formas que empleaba. Entonces, un tal Robin uniría a un grupo de campesinos y en el bosque atracarían a los nobles, cuya riqueza consideraban que era “injusta” y tendría que volver a las manos de los campesinos.
Robin Hood es un héroe popular, pero de una época concreta. El síndrome Robin Hood es el que define el Estado moderno. Impuestos para todos pero más para los más ricos.Sin embargo, creo que Robin Hood robaba a los ricos porque consideraba que su riqueza era “injusta” en un momento en el que los campesinos no tenían ni para comer. Hoy en día, se quiere robar a los ricos porque sí. Si la riqueza es justa, es decir, se ha conseguido por medios “legales”, ¿por qué robarles? No, no es Robin Hood. Quizás es el odio o la envidia a los que tienen más que nosotros.

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