domingo, 11 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas?

En la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado el gran Juancar de las Españas le espeta al mismísimo Hugo Chávez un ¿Por qué no te callas…? Supongo que a la frase habría que añadirle un ¡Cojones! Tan español…
En fin, Hugo no se calla porque no existe nadie en este mundo por encima de él, incluso su querido Bolívar se sienta a su lado, pero no por encima… Nadie le tiene que decir lo que tiene que decir, ni cuándo ni cómo… Es un Dios en la tierra, el Dios del nuevo socialismo indigenista, un faraón de nuestros días… El Borbón, como él le llama, no es nadie para mandarle callar, es la imagen de los españoles que robaron el oro de las Américas y que algún día se lo devolverán… ¡Oh, cuánta ignorancia de la historia!... Pero tampoco Zapatero en calidad de Presidente del Gobierno de España le puede pedir respeto, ni siquiera la Cumbre ni las reglas no escritas de la diplomacia... Chávez está por encima de todos, incluso por encima del Dios de los neoconservadores, George W. Bush… Hace tiempo que Chávez vive en el Olimpo de los Dioses y no en la Tierra… y ahora que está en sus últimos días Fidel Castro, su queridísimo hermano, él es el único Dios verdadero, por quien la izquierda, el socialismo, el comunismo, el indigenismo, el anticapitalismo, la antiglobalización y todo aquello que salga de su boca tiene que rendirle homenaje y quizás ofrecer algún sacrificio, pero nunca el suyo… Chávez vive entre dioses y entre dioses sólo el destino marca el resultado, no hay diálogo, no hay respeto, hay dioses y un destino para cada uno…
Creo en la libertad de expresión, por tanto, no mandaría callar a Chávez; pero entiendo que aguantar la demagogia barata de sus palabras, su provocación y su falta de respeto es como para mandarle callar. Al final, detrás de todo político hay una persona y don Juancar lo sabe. Punto para Chávez de cara a su afición y punto de Juancar de cara a los suyos. Si los periódicos hablan del enfrentamiento, victoria de los políticos.

No hay comentarios: