viernes, 30 de noviembre de 2007

De la lengua a la historia

Manipular políticamente una lengua como ha aprendido a hacerlo el nacionalismo histórico… y permítanme volver a reírme con lo de “histórico” que como ya dije en alguna ocasión, todo tiene historia y hay cada historia… En fin, decía que manipular la lengua como la ha manipulado el nacionalismo ha abierto la puerta a los intelectuales de las naciones. No sólo se puede manipular la lengua, también la historia.
No me extraña que el nacionalismo gallego, el vasco o el catalán persigan una manipulación de la historia, una interpretación nacionalista de la misma que los legitime y es más, que deslegitime a cualquier movimiento distinto al nacionalista, a la verdad, a la autenticidad. Y digo que no me extraña porque es lo que hizo en su momento Inglaterra y la Gran Bretaña, es lo que hicieron los Estados Unidos de Amércia (del norte, dio yo, y no de todo el norte), es lo que hizo la Gran España, la Alemania que nació de Prusia, etc. Manipular la historia es de las cosas más humanas que uno observa cuando la repasa ¿por qué? Porque la historia ha servido durante muchos siglos como justificación. Lo que es “histórico” - y permítanme sonreír de nuevo - es legítimo. Quizás los que no ven en Grecia el nacimiento de los occidentales, deban repasar que por entonces la mitología servía de justificación, después vino la idea de las religiones en conflicto durante la Edad Media y después la justificación histórica. No rechazo la mitología, la religión ni la historia. Me parece que es obligatorio conocerlas. Pero asumo que son manipulables por el hombre… y por la mujer, claro. Aunque no está bien visto añadir la “coletilla” de la mujer cuando se habla en negativo, siempre positivo. La mujer no es sujeto de la historia, sólo de la parte buena de ella, siguiendo el manual del nuevo feminismo… Decía que la mitología, la religión y la historia son manipulables. No tienen culpa de nuestras desgracias, ni siquiera de nuestros conflictos y nuestras guerras. Son un pretexto para las personas. Bien para unirnos, bien para distanciarnos.
Ahora resulta que la gente se da cuenta de que en los libros de texto que estudian los más pequeños hay diferencias. Que si están subordinados al nacionalismo de la Generalitat en ellos no se habla de España, mas que como un invento de Franco. Que si están subordinados al nacionalismo vasco, en ellos se dice que Euskadi existe desde siempre… Me acuerdo cuando yo estudiaba que los españoles eran muy malos porque los Reyes Católicos habían reprimido el gallego, pero no pudieron con él porque el pueblo gallego supo nacer de sus cenizas y bla, bla, bla… La educación es política y más si es pública. Si es privada ya sabes lo que estudian, pero si es pública estudiarán lo que quieran los políticos.
El problema no es el nacionalismo, es la manipulación de la educación. De la historia, de la lengua o si me lo permiten, de las matemáticas. Imagínense que en clase se estuadiase que las matemáticas no existen y que no sirven para nada. Seguro que alguien se mosquearía. Pues lo mismo pasa con las otras materias. En matemáticas hay un acuerdo básico y se puede distinguir si es mejor estudiarlas de una forma o de otra, si estudiar funciones o probabilidad, pero hay un consenso. En las asignaturas de “letras” no hay consenso, hay un campo de batalla que nadie quiere perder.

P.D. Otro día hablaré de ciencias y letras.

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